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  • La importancia de ETS

A partir de 1945, el enfático desarrollo científico y tecnológico contribuyó a que el complejo de la salud económica se estableciera como uno de los sectores de mayor desarrollo, al mismo tiempo, la salud de las personas y las poblaciones pasó a ser considerada un derecho a ser preservado, contribuyendo a la expansión de los sistemas de salud y medicalización de las sociedades.

En las últimas décadas, en varios países, en menor o mayor medida, los sistemas de salud, aunque insertados en economías de mercado, han sido fuertemente influenciados por políticas públicas con diferentes perspectivas, así como por el fortalecimiento del rol de sus profesionales y usuarios que, en conjunto, ejercen una fuerte presión para la incorporación de nuevas tecnologías.

Las discusiones actuales sobre el impacto de estas políticas consideran que el conocimiento en salud se articula en una perspectiva poblacional y social, superando los límites de la práctica clínica individual. De manera sistemática y compartible, el estudio de diferentes tecnologías, sus consecuencias biomédicas y su costo social contribuye a una mejor comprensión de los problemas identificados en los servicios de salud.

El continuo crecimiento del gasto en salud, la creciente producción de nuevas tecnologías y los cambios en el perfil epidemiológico de las poblaciones que se han producido en las últimas décadas han dado lugar a necesidades de atención diversificadas. Así, fue necesario desarrollar mecanismos de articulación entre los sectores involucrados en la producción/incorporación/uso de tecnologías en los sistemas de salud.

El proceso de gestión de tecnologías sanitarias implica una reflexión sobre el principio de equidad, en el que la toma de decisiones para la incorporación de tecnología involucra a varios actores, con necesidades específicas y diferentes techos financieros. Así, la gestión de tecnologías sanitarias se define como el conjunto de actividades relacionadas con los procesos de evaluación, incorporación, difusión, gestión del uso y retirada de tecnologías del sistema sanitario de salud. Este proceso debe tener como referentes las necesidades de salud, el presupuesto, las responsabilidades de los niveles de gobierno y control social, además de los principios de equidad, universalidad e integralidad, que sustentan la atención de salud en Brasil.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la ETS es “la evaluación sistemática de las propiedades, efectos y/o impactos de la tecnología en la salud. Su principal objetivo es generar información para la toma de decisiones, incentivando la adopción de tecnologías costo-efectivas y previniendo la adopción de tecnologías de cuestionable valor para los sistemas de salud”.

La noción de tecnologías, por sí sola, comprende una amplia gama de elementos, que van desde el conocimiento incorporado concretamente en vacunas y medicamentos hasta el conocimiento aplicado a nuevos procedimientos médicos. En general, el objetivo de una Evaluación de Tecnología Sanitaria es brindar apoyo para la decisión sobre el uso y la financiación de tecnologías sanitarias: medicamentos y dispositivos médicos.

La decisión, por tanto, se basa en criterios de seguridad y calidad, requeridos para cada tecnología, y en criterios de efectividad comparativa, para que se optimice el uso de los recursos disponibles.

Realizada por un equipo multidisciplinar, generalmente compuesto por expertos de las distintas áreas enfocadas a la salud, la Evaluación de Tecnologías Sanitarias (ETS) sigue teniendo en cuenta las repercusiones sociales y éticas derivadas de la difusión y desarrollo de una tecnología.

Como bien sabemos, son muchos los desafíos que involucran a los sistemas de salud en Brasil, y en el mundo, dado el escenario, nos ceñiremos a los siguientes temas.

Envejecimiento de la población y escasos recursos: un desafío para los Sistemas de Salud

Cualquiera que siga mínimamente la noticia puede darse cuenta de que son muchas las barreras que debe superar la salud, entre ellas destacamos el envejecimiento de la población y los recursos que nunca parecen ser suficientes.

Reflexionemos un poco más sobre estos dos desafíos.

1. Envejecimiento de la población

El aumento de la esperanza de vida y el consiguiente envejecimiento de la población, sumados al predominio de las enfermedades crónicas y degenerativas, han exigido que los sistemas de salud se actualicen e inviertan cada vez más en el diagnóstico, prevención y tratamiento de las enfermedades.

La inversión de la pirámide de edad brasileña, que hoy ya tiene forma de acordeón, es decir, tiene una población anciana mayor que la población adulta, ha obligado a las empresas a dedicarse cada vez más a evaluar nuevas formas de ofrecer servicios.

Según encuestas, en 2050 se espera que haya más abuelos que nietos en la sociedad brasileña. Pero aún existen obstáculos para que se consoliden las inversiones en modernización y mejora de la medicina.

2. Escasez de inversión en la salud pública

En 2018, el Consejo Federal de Medicina presentó una denuncia grave. Y mostró que el gasto en salud pública, que debería ser equivalente al 10% del PIB, rondaba el 2,94% de toda la riqueza producida en el país. La alta inflación y la recesión económica se encuentran entre los principales factores responsables de este escenario.

Sin embargo, la realidad de la atención médica es la escasez de recursos, y no es nueva. Por ello, es importante que cualquier decisión sobre nuevas inversiones vaya precedida de una evaluación exhaustiva de los costes y beneficios para los pacientes. Todo debe calcularse con precisión y claridad de propósito para garantizar los mejores resultados posibles para el público atendido en los sistemas de salud.

Estas dos grandes barreras dieron lugar a la colaboración entre dos sectores que inicialmente no estaban relacionados, como podemos ver en el siguiente tema.

Economía de la Salud

Como dijimos antes, la esperanza de vida de la población ha ido creciendo año tras año, requiriendo mayores gastos con cuidados relacionados con el bienestar físico y emocional de las personas. Por otro lado, los recursos destinados a esta área son escasos, lo que genera un desequilibrio.

Este escenario motivó la aproximación de dos áreas aparentemente inconexas: salud y economía. De esta combinación surgió la Economía de la Salud, una disciplina que ya forma parte del plan de varios cursos relacionados con la materia y el sistema sanitario en general.

Aunque técnica y relativamente nuevo en Brasil, la Economía de la Salud ha demostrado ser fundamental para ayudar a los gerentes a evaluar la mejor manera de asignar los recursos disponibles, buscando optimizar los resultados clínicos y económicos.

Ya se utilizan varios conceptos y técnicas de la economía para resolver los impasses que afectan a diario al sistema de salud. De manera pragmática, para responder si un nuevo medicamento o equipo debe incorporarse o no a un sistema de salud, es necesario saber si su costo global compensa las ganancias que brinda, es decir, la relación costo-beneficio.

Y aquí es donde entra en juego la Evaluación de Tecnologías Sanitarias. Sigue leyendo y descubre su relación con la economía de la salud.

Economía de la Salud y Evaluación Tecnológica

Como dijimos, la Evaluación de Tecnologías Sanitarias (ETS) es el proceso de investigar los resultados clínicos, económicos y sociales del uso de tecnologías sanitarias, tales como medicamentos, equipos, sistemas y procedimientos a través de los cuales se presta el servicio de salud.

Tiene como objetivo analizar las implicaciones clínicas, sociales, éticas y económicas del desarrollo, difusión y uso de una determinada tecnología en el campo de la salud.

A través de los subsidios técnicos que brinda la Economía de la Salud, la ETS viabiliza el análisis de los aspectos clínicos, considerando esta evaluación desde los aspectos económicos de la tecnología.

Existen varios métodos para obtener datos clínicos. Pero se sugiere que el enfoque a utilizar tiene un atractivo empírico y combina el rigor de los estudios clínicos con elementos obtenidos de observaciones, especialmente en lo que respecta al uso de recursos.

Las evaluaciones económicas no se basan solo en el costo per se. También tienen en cuenta el costo de oportunidad, ya que invertir en un tipo de economía no puede limitar la financiación de otro. Y también tiene en cuenta la aplicación de resultados a la práctica clínica para medir el costo-beneficio de la inversión.

De esta forma, se rompe el paradigma de tomar decisiones de salud basadas únicamente en los costos, apuntando principalmente al ahorro económico, o solo en los aspectos clínicos.

La economía como guía de decisiones

A finales del siglo XVIII y principios del siglo siguiente, asistimos a la primera revolución técnico-científica. Estos avances que comenzaron a impregnar la rutina del ser humano también alcanzaron la salud, generando enormes beneficios para todas las personas. Sin embargo, la mayoría de las tecnologías destinadas a la salud requieren grandes inversiones, lo que aumenta los costos.

Y hay un factor agravante: a diferencia de otros sectores, en los que las nuevas tecnologías actúan para reemplazar las viejas formas, en salud, las tecnologías son acumulativas, una razón adicional para optimizar la relación costo-beneficio.

La resonancia magnética, por ejemplo, produce imágenes con un alto nivel de resolución. Pero un espacio sanitario que disponga de equipamiento para este tipo de exploración también debe contar con la máquina de rayos X, ¡la consecuencia obvia es que la acumulación de tecnologías supone más gastos!

Es innegable, por tanto, que los estudios económicos son de gran importancia para la gestión de los sistemas de salud, tanto en el sector público como en el privado. Los datos resultantes de estas áreas de estudio brindan indicadores sobre la eficiencia y los costos de las tecnologías sanitarias, además de explorar alternativas de financiamiento y subsidios para el acceso a los mercados.

Pero, después de todo, ¿por qué se usa la ETS?

Desde 1980, en países como el Reino Unido y Canadá, cualquier nuevo medicamento, producto o procedimiento relacionado con la salud solo ingresa al mercado después de que se haya demostrado su eficacia, en comparación con todas las demás alternativas disponibles, y a un costo asequible para el presupuesto federal. Esta valoración llegó posteriormente a nuestro país.

En Brasil

Fue a fines de la década de 1990 que el Ministerio de Salud comenzó a pensar en iniciativas relacionadas con la adopción del proceso. La Secretaría de Ciencia y Tecnología e Insumos Estratégicos (SCTIE) fue creada en 2005 y dentro del Departamento de Ciencia y Tecnología se creó un organismo responsable de la difusión de ETS.

El objetivo principal era maximizar los beneficios para la salud del mayor acceso de la población a tecnologías eficaces y seguras. ETS, en este caso, subvencionó las actividades de análisis, evaluación y recomendación de estas tecnologías.

En 2006 se creó la Política Nacional de Gestión de Tecnologías Sanitarias con un enfoque en el desarrollo de lineamientos metodológicos para el estudio de impactos y evaluación de tecnologías.

El vínculo entre la investigación científica y la práctica clínica se oficializó en Brasil recién en 2011. Fue a través de la Ley nº 12.401 que se institucionalizó la ETS como una práctica indispensable para el Sistema Único de Salud (SUS) a la hora de evaluar la adopción e impactos de determinadas tecnologías en el sistema público de salud.

Toda esta estructura está coordinada por el Ministerio de Salud y pasa por algunas etapas:

  • Anvisa –la Agencia Nacional de Vigilancia Sanitaria (Anvisa) es responsable de validar el registro del medicamento;
  • CMED –la Cámara de Regulación del Mercado de Medicamentos (CMED) es la entidad que fija los precios de los medicamentos. Luego de realizar un estudio de costos en cuanto a tratamientos y procedimientos, la agencia se encarga de estipular el precio máximo de los medicamentos en el mercado;
  • CONITEC –la Comisión Nacional para la Incorporación de Tecnología (CONITEC), que actúa recomendando o no la incorporación de tecnología en salud con base en evidencia ya recolectada y teniendo en cuenta la relación costo/efectividad.

Creado en 2011,CONITECasesora al Ministerio de Salud en la evaluación de la incorporación, alteración o incluso exclusión de tecnologías vinculadas al SUS. Además, coordina las actividades de cambio de protocolos clínicos y enfoques terapéuticos.

Para que una propuesta de incorporación tenga éxito, se deben presentar a esta Comisión todos los estudios previos, análisis de impacto, investigaciones sobre efectividad, seguridad y viabilidad económica.

Y cualquier institución o individuo tiene derecho a hacer tal sugerencia, como una sociedad médica o de pacientes, una empresa fabricante de tecnología, entre otros.

En reuniones mensuales se analizan las nuevas demandas para la incorporación de medicamentos al sistema de salud. Por decreto presidencial, el plazo para completar las solicitudes presentadas ante la Comisión es de 180 días, con prórroga por otros 90 días.

¿Cuáles son las etapas de la Evaluación de Tecnologías Sanitarias (ETS)?

Con el fin de aclarar, paso a paso, cómo ocurre la evaluación de tecnologías sanitarias (ETS), decidimos señalar los pasos que componen este proceso. Vea abajo:

  1. Identificar las tecnologías prioritarias a estudiar, considerando su relevancia para el marco de salud colectiva y especificando el problema a evaluar;
  2. Realizar investigaciones de diferentes fuentes de información, sintetizarlas e interpretar evidencias creando argumentos;
  3. Formular toda la propuesta en base a la investigación y los resultados obtenidos;
  4. Difundir la conclusión obtenida – difundir los resultados en base a consultas públicas;
  5. Monitorear y rastrear el impacto de las recomendaciones.

Recuérdate: los estudios secundarios pueden seguir a las primeras investigaciones, dando lugar a nuevos hallazgos y conclusiones.

Construcción colectiva de la tecnología sanitaria

La misma ley que regula la evaluación de tecnologías sanitarias (ETS) también formaliza la participación de la sociedad, y en consecuencia de los pacientes, en el proceso de incorporación de tecnologías vinculadas al sistema de salud.

Esto hace que el proceso documentado tenga una clara evidencia de los impactos de los nuevos procesos y fármacos en la vida diaria de los pacientes que dependen del tratamiento. Esta participación colectiva contribuye a una toma de decisiones más transparente.

Al compartir una experiencia única, el paciente puede brindar información sobre la condición que impone la enfermedad, limitaciones, expectativas en cuanto a tecnologías innovadoras en el tratamiento, los impactos sociales y económicos de la tecnología en la vida de los pacientes, entre otras cuestiones.

Pero ¿cómo involucrarse? El principal canal para participar en las decisiones que involucran la evaluación de tecnologías sanitarias son las consultas públicas, realizadas por el Ministerio de Salud, en el portal CONITEC, siempre por un plazo prefijado de 20 días. Así, es posible ampliar la discusión sobre diversos temas de manera transparente, involucrando a la población en la toma de decisiones sobre la introducción de medicamentos en el mercado, por ejemplo.

Invertir en ETS crea valor

Al analizar los impactos, la viabilidad y considerar la participación popular, una empresa que utiliza métodos ETS eleva su estatus en términos de responsabilidad social.

Nombrar y caracterizar estudios y procesos es un paso fundamental para construir la base de análisis que sustenta los procesos de Evaluación de Tecnologías Sanitarias.

Si piensas en la gestión de los recursos sanitarios para mejorar los servicios, debes tener en cuenta que el proceso de decisión puede estar sujeto a varias variables. Y es por eso que los análisis deben ser rigurosos, imparciales y confiables.

Acerca de Mapes Solutions

Mapes Solutionses una organización que brinda servicios de conocimiento científico aplicado a la gestión de la salud, ayudando a identificar el valor agregado de los productos en el área productiva (life sciences industries).

Nuestro enfoque es transformar conocimientos técnicos y científicos para apoyar el desarrollo e innovación de nuevos productos, con el objetivo de obtener el mejor precio, incorporación y comercialización en los sistemas de salud.

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